La orden de los odonatos existe cerca de 5000 especies de odonatos repartidas por todo el mundo. Se trata de insectos muy antiguos cuyos antepasados de gran tamaño ya volaban en el Carbonífero medio, hace mas de 300 millones de años. Son animales predadores tanto en su fase adulta como en la larvaria, y su extraña anatomía está perfectamente adaptada a la zaca. Los adultos son amantes del sol, y mas abundantes y diversos en las zonas tropicales. En la Península Ibérica viven unas 80 especies de las 120 conocidas en Europa y la cuenca del Mediterráneo. Son insectos heterometábolos, con larvas acuáticas y adultos terrestres.
Morfología.
Los odonatos actuales son generalmente de tamaños medios y grandes, hasta unos 15 cm. de longitud o envergadura alar. Suelen ser de colores llamativos, algunos metálicos. Toda su anatomía está modificada por su régimen predador. Así, la boca es masticadora y dotada de fuertes mandíbulas que dan nombre al orden (odontós: diente ; gnathós: mandíbula). Sus ojos son enormes, para localizar sus presas, y a veces cubren casi por completo la cabeza. Por el contrario, las antenas están muy poco desarrolladas, ya que no usan el olfato para cazar.
El protórax es pequeño, mientras que los otros dos segmentos torácicos son muy grandes y están inclinados hacia atrás, lo que acerca las patas a la boca y dirige las fuertes alas lejos de la cabeza. El gran desarrollo de este tórax se debe a que alberga la potente musculatura del vuelo. Sus patas no sirven para caminar, aunque si se pueden agarrar con ellas a alguna presa. Están cubiertas de pequeñas espinas que se enganchan a las presas en vuelo o evitan que se escapen.
Las alas de los odonatos están entre las mas perfectas de los insectos. Conservan algunas características primitivas y su articulación alar les limita los movimientos, pese a lo cual han desarrollado su capacidad voladora de forma sólo comparable a la de los Dípteros.
Ningún otro insecto es capaz de realizar sus vuelos en picado, o sus cambios radicales en dirección. Cada una de las alas puede batir independientemente, lo que permite quiebros y cambios sorprendentes. Las alas están cubiertas de una venación muy numerosa y poligonal. Cerca de su ápice aparece una celda de diferente color, el pterostigma, con una función mecánica fundamental para el vuelo.
Los odonatos se dividen en dos subórdenes fácilmente distinguibles, Zygoptera y Anisoptera. Los Zigópteros son los caballitos del diablo.
Ejemplar de caballito del diablo. Calopteryx virgo |
Tienen cuerpo muy delgado y delicado, con la cabeza pequeña y alargada transversalmente respecto al cuerpo y los ojos separados. Las alas prácticamente iguales, quedan verticales en reposo, y pueden tener sus bases estrechadas. Las libélulas son los Anisópteros, tienen un cuerpo robusto, generalmente de mayor tamaño que los Zygoptera, su cabeza y sus ojos están muy juntos. Las alas reposan en un plano horizontal y las posteriores son mayores que las anteriores.
Todas las larvas de Odonatos son acuáticas. Los zigópteros tienen larvas delgadas y con tres largas traqueobranquias en el extremo del abdomen. Las de los anisópteros son mas rechonchas y con traqueobranquias internas. Lo mas característico y llamativo de estas larvas es, sin duda, su boca masticadora que se ha perfeccionado como un órgano captor que se pliega entre las patas, la máscara. Su funcionamiento recuerda el de la lengua de camaleones o ranas, ya que es capaz de desplegarse rápidamente, capturar a una presa relativamente lejana y traerla justo bajo las mandíbulas comienzan a devorarla.
Papel en el ecosistema.
Los odonatos son superpredadores. Tanto las larvas como los adultos son cazadores especializados. Los adultos, de actividad fundamental diurna, están íntimamente ligaos a las agiuas dulces donde se desarrollan sus larvas. Éstas pueden vivir tantos en aguas corrientes como estancadas, temporales e incluso salobres y termales. En los trópicos puedes desarrollarse en el agua retenida entre las hojas de ciertas bromelias o ser semiterrestres.
Las larvas tienen colores crípticos y cazan al acecho. Camufladas en el fondo del agua esperan que se acerque su víctima, a la que localizan gracias a sus pequeñas pero sensibles antenas, y la capturan fácil y rápidamente con la potente máscara. Algunos aésnidos son capaces incluso de devorar renacuajos y pequeños peces. Las larvas de zigópteros huyem de los peligros nadando, pero las de anisópteros usan un método de propulsión a chorro.
Los adultos cazan activamente, localizando sus presas mediante una vista magnífica que abarca los 360º alrededor del animal. Vuelan sin cesar devorando todos aquellos insectos de cuerpo blando que pasan por sus cercanías (moscas, mosquitos y mariposas sobre todo). Su vista también es muy importante a la hora de escapar de enemigos como aves, anfibios o arañas.
Los diferentes nombres por los que son conocidos, - caballitos del diablo, sacaojos, alfileres del bruja - , reflejan un temor que no está fundamentado. Mantienen a raya a las poblaciones de insectos molestos y dañinos como moscas o polillas, pero son totalmente inofensivos para el hombre.
Uno de los mayores enemigos de sus larvas son los peces, aunque no son la base de su dieta, ya que nunca viven juntas en gran número.
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