miércoles, 9 de enero de 2019

Herrerillo común

Este insectívoro forestal, ruidoso y activo, resulta muy conspicuo por su llamativa combinación de colores azules y amarillos. Frecuenta parques, y para criar se acomoda muy bien en huecos —tanto naturales como artificiales—, especialmente en cajas-nido. Se trata de uno de los pájaros más extendidos y populares.






Sus alas, cola y cabeza exhiben un bello color azulado, que se completa con un collar azul cobalto. El dorso posee tintes verdosos, y las partes inferiores son amarillentas (dibujo 1). Presenta mejillas de color blanco en los adultos y amarillo pálido en los volantones.
La coloración general podría recordar a la de un carbonero común. Pero este es notablemente mayor, con la cabeza negra y una banda de igual color que divide en dos el amarillo del pecho.
Emite múltiples reclamos, algunos muy parecidos a los sonidos producidos por otros páridos, como el carbonero común. Sin embargo, los sonidos del herrerillo común son mucho menos potentes. Frecuentemente reproduce con rapidez una estrofa compuesta por trinos cortos, finalizados con una “risa” (tit-tit-tit-chuuarr), que además puede ir seguida de chasqueos. El canto más común es un tiit-tiit-tutu… muy agudo y que continúa con vibraciones muy variadas.


Presenta varias subespecies. Se extiende por gran parte de Europa, desde las islas Británicas hasta los Urales. Los ejemplares de las poblaciones del norte de África y de las islas Canarias se consideraban hasta muy recientemente herrerillos comunes, pero hace poco se ha propuesto su segregación e inclusión dentro de una nueva especie, el herrerillo africano (Parus teneriffae).
 En España
Aparece en todas las provincias peninsulares y en Baleares. Evita las zonas carentes de vegetación arbórea. Así, es raro en el tramo central del valle del Ebro, en el sureste ibérico y en algunas zonas del valle del Guadalquivir y de la provincia de Valladolid. En el tercio norte peninsular se encuentra la subespecie caeruleus, que hacia el centro y el sur deja paso a ogliastrae. Para algunas poblaciones de las Baleares se propone la subespecie endémica balearicus.


Es un ave insectívora, aunque no de forma estricta. Se alimenta de numerosos invertebrados (arañas, coleópteros, dípteros, larvas de lepidópteros, hemípteros, etc.). También picotea brotes e ingiere semillas —incluyendo piñones— y la pulpa de frutos carnosos (moras, higos, bayas de saúco, olivas, etc.).
Reproducción
Suele sacar una pollada al año, pero hay poblaciones que realizan dos puestas. La hembra construye el nido con musgo, lana, hierbas, hojas secas, pelo y telarañas. Además recubre el interior con pelo, plumón y plumas. Asume totalmente la incubación de la puesta, integrada por un elevado número de huevos (6-12), blancos y con moteado rojizo. Los pollos nacen tras 12-16 días de incubación (dibujo 2), son alimentados por ambos progenitores y vuelan a las tres semanas de edad.

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