martes, 16 de febrero de 2016

Luna en cuarto menguante

El hemisferio occidental de la Luna contiene Oceanus Procellarum, una gran extensión inundada de lava que conecta varios mares lunares. El cercano cráter de impacto Copernicus es el más destacado de toda la Luna.

Tiene 93 km de diámetro y presenta barrancos en las murallas externas, terrazas hundidas en el interior y múltiples picos centrales formados por material procedente del subsuelo lunar. Copernicus está rodeado de un sistema de rayos formados por rocas esparcidas durante la formación del cráter hace unos 800 millones de años.




Al norte de Copernicus se encuentra Mare Imbrium, de 1.160 km. El impacto que formó la cuenca Imbrium marcó gran parte del disco lunar, hace 3.840 millones de años. La lava que rellenó la cuenca es cientos de millones de años más reciente. La impresionante cordillera de los Apeninos lunares bordea parte de Mare Imbrium con montañas de más de 5.000 m de altura. El Apollo 15 aterrizó al pie de estas montañas en 1.971.



Los Montes Alpes, cortados por el valle de los Alpes, contienen el cráter Plato, de 101 km, con el interior inundado de lava. Al oeste se divisa Sinus Iridum, un cráter de impacto de 260 km que perdió parte de sus murallas cuando las coladas de lava rellenaron la cuenca Imbrium.
Mare Humorum recuerda en parte a Mare Nectaris y posee cráteres parcialmente destruidos. El mejor rasgo que contiene en sus 425 km de diámetro es Gassendi, un cráter de 110 km inundado de lava y con el fondo surcado por fracturas. Las tierras altas del sur contienen Tycho, de 85 km, centro del mayor sistema de rayos de toda la Luna.


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