El origen geológico de los Picos de Europa, en la cordillera cantábrica se remonta a unos 300 millones de años de antigüedad, donde el lugar que hoy ocupan correspondía a una plataforma marina donde se acumulaban sedimentos calizos. A partir de ese momento hasta el día de hoy, la historia geológica de los Picos está plagada de levantamientos, fracturas y fenómenos erosivos ya que ha sido un área extremadamente dinámica, y ha dado lugar a un relieve realmente monumental. El último gran movimiento orogenico se produjo hace unos setenta millones de años y originó la estructura básica que hoy llamamos Picos de Europa.
Este movimiento fue uno de los muchos que se produjeron durante un gran ciclo orogenico que convulsionó prácticamente la superficie de todo el planeta y se conoce con el nombre de plegamiento alpino, ya que durante este período se formaron los Alpes, así como los Andes, el Himalaya y el Cáucaso, entre otros.
En la Península ibérica, los grandes plegamientos alpinos afectaron a gran parte de la superficie, excepción hecha del centro y oeste, y originaron la aparición de los sistemas Béticos, el sistema ibérico, los Pirineos y la cordillera Cantábrica. En ésta, como en el resto de cordilleras, los sedimentos respondieron la plegamiento de forma distinta según su naturaleza.
De esta manera los estratos calcáreos que hoy forman los Picos se levantaron y rompieron con más fuerza que los demás, formando un macizo muy abrupto, de altas cumbres y profundos abismos, muy bien diferenciados del resto de montañas de la cordillera de las cuales está separado por los magníficos valles del río Sella al oeste y del Deva al este. Además, los Picos quedan desplazados al norte del conjunto del sistema Cantábrico, alzándose en solitario sobre llanuras de la costa norte y dibujando una silueta impresionante.
En su conjunto, este macizo tiene unos 45 km de largo y una anchura máxima de unos 15, y se encuentra atravesado de sur a norte por varios ríos y afluentes.
Este movimiento fue uno de los muchos que se produjeron durante un gran ciclo orogenico que convulsionó prácticamente la superficie de todo el planeta y se conoce con el nombre de plegamiento alpino, ya que durante este período se formaron los Alpes, así como los Andes, el Himalaya y el Cáucaso, entre otros.
En la Península ibérica, los grandes plegamientos alpinos afectaron a gran parte de la superficie, excepción hecha del centro y oeste, y originaron la aparición de los sistemas Béticos, el sistema ibérico, los Pirineos y la cordillera Cantábrica. En ésta, como en el resto de cordilleras, los sedimentos respondieron la plegamiento de forma distinta según su naturaleza.
De esta manera los estratos calcáreos que hoy forman los Picos se levantaron y rompieron con más fuerza que los demás, formando un macizo muy abrupto, de altas cumbres y profundos abismos, muy bien diferenciados del resto de montañas de la cordillera de las cuales está separado por los magníficos valles del río Sella al oeste y del Deva al este. Además, los Picos quedan desplazados al norte del conjunto del sistema Cantábrico, alzándose en solitario sobre llanuras de la costa norte y dibujando una silueta impresionante.
En su conjunto, este macizo tiene unos 45 km de largo y una anchura máxima de unos 15, y se encuentra atravesado de sur a norte por varios ríos y afluentes.
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